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Situada sobre la dermis, la epidermis es la capa más delgada y exterior de las tres capas de la piel. Está formada por tejido epitelial, queratinizado, no vascularizado y estratificado, de origen ectodérmico, constituido por abundantes células y escasa sustancia intercelular. Es un elemento funcional indispensable y de constante actividad metabólica.
A partir de la epidermis se originan dos tipos de anexos cutáneos, que se encuentran alojados en la dermis, son: anexos glandulares (glándulas sebáceas, sudoríparas y folículos) y anexos queratinizados (pelos y uñas).
Los estratos más profundos de la epidermis son de un área de gran actividad biológica. Son los encargados de crear los estratos superiores.
La epidermis es la primera barrera frente al medio ambiente y debe renovarse constantemente, para reponerse del desgaste y la pérdida de las células de la superficie.
Células
La epidermis se compone, principalmente, de dos tipos de células: los queratinocitos y los melanocitos.
Los queratinocitos son las células epidérmicas por excelencia; las más numerosas. Constituyen el 95% del total de las células que se encuentran en el estrato basal. Es la responsable de la fabricación de una proteína resistente llamada queratina.
La queratina es una sustancia orgánica base en la formación de la epidermis, uñas, pelo y tejidos córneos, debido a un proceso de endurecimiento, llamado queratinización, que desarrollaremos posteriormente.
En la capa basal podemos diferenciar, dependiendo de su función, dos tipos de queratinocitos: los queratinocitos aserrados, células proliferativas que a medida que ascienden forman las capas superiores, y los queratinocitos serrados, cuya función es el anclaje de la epidermis a la membrana basal.
Los melanocitos son células pigmentadas, redondeadas, con largas prolongaciones dendríticas, que se encuentran fundamentalmente en el estrato basal de toda la epidermis corporal y la matriz del bulbo piloso. Son auténticas glándulas unicelulares, ya que en su interior, junto a complejos de Golgi y mitocondrias, presentan unas formaciones ovales y esféricas que se conocen con el nombre de melanosomas, encargadas de producir la melanina, mediante un proceso denominado melanogénesis. Esta melanina sintetizada pasa a los queratinocitos, que son los encargados de distribuirla o destruirla.
Instalados en el estrato basal, como el queratinocito, a diferencia de éste, no ascienden por la epidermis y están destinados a ser absorvidos por los queratinocitos.
Además de estos dos importantes grupos celulares, en la epidermis podemos encontrar otros:
Células de Merkel. Asociadas a fibras nerviosas relacionadas con el tacto, las células de Merkel se hallan entre los queratinocitos basales, lindando con la dermis.
Células de Langerhans. Es una célula dendrítica e incolora, que migra a través de la circulación de la sangre. De origen en la médula ósea, se encuentra repartida entre el estrato basal y el granuloso, especialmente en la capa de Malpighi. Participan en el inicio de las reacciones de hipersensibilidad cutánea, cumpliendo su función de alertar a las respuestas inmunes.
ESTRATOS DE LA EPIDERMIS
En la epidermis podemos hallar distintos estratos celulares, que de la dermis a la superficie son los siguientes:
Estrato basal o germinativo
Estrato espinoso o capa de Malpighi
Estrato granuloso
Estrato lúcido
Estrato córneo
Cada estrato de la epidermis representa un momento de la vida del queratinocito. Estas células van evolucionando, gradualmente, a medida que ascienden, desde el estrato basal en la que se encuentran con núcleo y llenos de vitalidad, hasta el estrato córneo, donde los encontramos sin núcleo, inertes, endurecidos y, finalmente, descamados.
Estrato basal o germinativo
Situado inmediatamente encima de la membrana basal está formado por una única fila de células cilíndricas jóvenes, que se reproducen continuamente por mitosis. Intercalados entre los queratinocitos de este estrato encontramos también los melanocitos, en proporción de uno por cada diez queratinocitos aproximadamente, que con unas formas irregulares y alargadas se insertan en el estrato contiguo superior.
Los queratinocitos están conectados entre sí mediante desmosomas y a la membrana basal, mediante hemidesmosomas.
Este estrato es muy ondulado debido a la forma de las papilas dérmicas, que albergan parte de la microcirculación de la piel y terminaciones de los nervios sensitivos. Su función es de regeneración celular.
Estrato espinoso o capa de Malpighi
Situado por encima del estrato basal está formado por lechos de células pigmentadas, redondas y poliédricas, en estrecho contacto, tendiendo a aplanarse ligeramente a medida que van ascendiendo hacia la superficie de la piel.
Estas células, que poseen un grueso núcleo, están conectadas entre sí, al igual que en el estrato anterior, por desmosomas que aseguran la coherencia de la epidermis y permiten la circulación de los elementos nutritivos.
Al microscopio, se puede comprobar la existencia de unas tonofibrillas dispuestas alrededor del núcleo de la célula, precursoras de la queratina.
Estrato granuloso
Compuesto por filas de células aplanadas, de una a cuatro, cuyo citoplasma contiene abundantes granulaciones de queratohialina. La queratohialina ya es una sustancia córnea.
En este nivel, las células entran en un proceso de degeneración, pierden vitalidad e inician su transformación córnea. Las células granulosas muestran un núcleo con claros indicios de atrofia. Los filamentos que anteriormente las unían, casi han desaparecido.
En los espacios intercelulares del estrato granuloso se observan los corpúsculos de Odland, lípidos sintetizados por los queratinocitos de la capa de Malpighi, que, junto a los productos de degradación de los orgánulos celulares que se liberan en este estrato, forman el cemento intercelular.
Estrato lúcido
Está formado por capas de células transparentes muy aplanadas, con núcleo atrofiado, en las que el proceso de queratinización se halla en estado muy avanzado.
En el cuero cabelludo es prácticamente inexistente. Se halla, preferentemente, en las zonas donde el estrato córneo tiene mayor espesor (palmas de las manos, plantas de los pies y región cervicodorsal).
Estrato córneo
Formado por células aplanadas, duras y totalmente degeneradas, sin núcleo y queratinizadas. Es la capa más densa de la epidermis y la de mayor grosor, representando aproximadamente un 50% del espesor total de esta capa.
Presenta un aspecto denso y compacto que facilita la función de escudo que tiene dentro del conjunto de la piel a agentes químicos y sustancias nocivas en general además de evitar la evaporación del agua.
En la superficie, ya no son más que laminillas córneas, células queratinizadas en proceso de descamación, el final del ciclo celular que permite la renovación de la piel, participando en la eliminación de deshechos y microbios.
Este estrato, en el cuero cabelludo, da lugar a lo que conocemos como caspa. Se trata de un grupo de células córneas muertas que se desprenden abundantemente del cuero cabelludo.
El estrato córneo absorbe fácilmente la humedad, lo que permite mantener la superficie cutánea suave y flexible.
Membrana basal
Situada entre la epidermis y la dermis, justo debajo del estrato basal, esta membrana forma el verdadero límite entre el epitelio y la dermis, actuando como soporte mecánico, afianzando la epidermis a la dermis y como filtro de células y moléculas grandes. Su constitución y su forma varían a lo largo y ancho de la extensión cutánea.
La membrana citoplasmática de las células basales con sus estructuras de unión, los hemidesmosomas, fija los queratinicitos basales a la parte superior de esta membrana basal.
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