Procesos descamativos.
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Un proceso es un conjunto o una sucesión de fenómenos, síntomas, lesiones, etc. Una descamación es un desprendimiento de células epiteliales en forma de escamas. Luego, un proceso descamativo es el conjunto o sucesión de elementos, síntomas o lesiones que provoca un desprendimiento epitelial en forma de escamas.

Causas

Las principales causas que pueden desestabilizar el manto hidrolipídico y, consecuentemente, desencadenar un proceso descamativo son la falta de agua o de lípidos que crean la emulsión protectora y otros factores externos, ambientales o el uso inadecuado de productos cosméticos, que provocan la pérdida o alteran el equilibrio de alguno de los elementos esenciales que componen el manto.

Falta de agua

deshidratacionEl agua es un elemento esencial en la creación del manto hidrolipídico y en todos los tejidos del organismo y su carencia se refleja de inmediato, confiriéndole al cuero cabelludo un aspecto reseco.

Es necesario ingerir diariamente entre 1 litro y medio y 2 de agua para el correcto equilibrio hídrico del organismo. Sólo con esta ingestión diaria se podrían prevenir o mitigar muchas de las anomalías descamativas que nos encontramos.

Déficit de lípidos

Fundamentalmente de sebo. Si la elaboración del sebo por parte de las glándulas sebáceas es deficiente, el manto pierde capacidad para retener agua y lubrificar, con lo que el estrato córneo puede resecarse y presentar síntomas de agrietamiento.

También la carencia de ácidos grasos esenciales, tan necesarios en la formación del colágeno que nutre la capa germinativa de la epidermis permitiendo una adecuada actividad miótica, induce a una desestabilización cutánea que favorece el desarrollo de procesos descamativos.

Factores ambientales

Los cambios bruscos de temperatura, la exposición continuada al sol o a altas temperaturas sin protección pueden ser otras de las causas de la desestabilización del manto, especialmente en aquellas personas que tienen poco cabello y, por lo tanto, su sistema de defensa es menor.

Pero es la humedad ambiental el factor aislado más importante que determina la pérdida de agua. A medida que disminuye la humedad ambiental, el agua se evapora de la superficie cutánea, hasta que alcanza un nuevo equilibrio hídrico con el exterior.

El contenido de agua de la capa córnea, también disminuye al bajar la temperatura, por lo que es más frecuente advertir agrietamientos en la piel en climas fríos y secos.

Uso inadecuado de productos cosméticos

Desgraciadamente, aún hoy en día es habitual observar que después de muchas permanentes hay personas que padecen procesos descamativos.

Las permanentes, los tintes y los decolorantes, en definitiva, un elevado número de los productos utilizados en peluquería, por norma general, suelen ser ligeramente alcalinos. Estos productos están indicados para ser aplicados al tallo del cabello, no para el cuero cabelludo. Cuando se aplican incorrectamente pueden provocas la desestabilización del manto hidrolipídico, su resecamiento y el desprendimiento de grandes láminas blanquecinas y resecas.

Hemos de procurar realizar estas aplicaciones sin invadir, en la medida de lo posible, la piel. Ya hemos podido comprobar que es muy difícil aplicar un tinte o una permanente sin tocar el cuero cabelludo; especialmente cuando tratamos con cabellos canosos. Resulta evidente que si no llegamos hasta la misma base del tallo, nos quedará una franja blanca no deseada por nuestros clientes.

Debemos exigirnos el máximo de cuidado y, después de realizar estos trabajos, aplicaremos productos que equilibren el pH cutáneo: ligeramente ácidos e hidratantes. Esto es tricología en la peluquería, conocer y actuar en consecuencia.

No sólo los tintes y permanentes, también los champús y especialmente los fijadores, lacas, gominas, espumas y colonias, depositados en el cuero cabelludo, producen una falta de transpiración. Los restos que estos productos dejan, si no son bien aplicados y aclarados posteriormente, junto con el sudor y la grasa epidérmica, son motivo suficiente para provocar un desequilibrio cutáneo.

También pueden crearle problemas al cuero cabelludo el mal uso del secador, el agua muy caliente para lavarse la cabeza y el cloro de las piscinas. Una aplicación constante, con aire o agua muy caliente, deshidrata e irrita esta zona tan sensible.

La ingestión de cierto tipo de fármacos y diversos estados patológicos colaboran también en esta desestabilización del cuero cabelludo.

Estos factores desestabilizantes comportan, en primera instancia, una deshidratación. Esta pérdida de agua produce la destrucción de los elementos de cohesión de las células córneas, permitiendo que el cuero cabelludo se agriete y descame. Este cuero cabelludo agrietado y reseco es el ambiente ideal para la proliferación de microorganismos que irritan la piel.

Dependiendo de la apariencia y el grado de la descamación podemos reconocer, diferenciar y clasificar los procesos descamativos más frecuentes en los salones de peluquería, en cuatro categorías: deshidratación, pitiriasis, dermatitis y psoriasis.

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